Actividad #1085

Voces en mi cabeza

Esta actividad tiene anexos, descargá la actividad para verlos.


Fecha de publicación

  • 22-09-2016

Habilidad/es

  • Autoconcepto
  • Planificación y organización del tiempo

Contenido

  • Autoconocimiento y autoestima
  • Egreso efectivo y transición post-escolar
  • Planificación y proyecto de vida

Etapa/s escolar/es

  • Transición a la etapa postescolar

Participantes

  • Alumno/a

Tipo de actividad

  • Grupal

Tiempo estimado

  • 45 minutos

Espacio/s adecuado/s

  • Aula / Salón

Tipo de recurso

  • Otro

Material necesario

  • 100 tarjetas de papel de 10 cm. (tipo post-it)
  • 1 lapicera para cada participante
  • 1 rollo de cinta adhesiva para cada subgrupo
  • carteles en cartulina con los nombres de las categorías que se utilizarán
  • por ejemplo: mujer adolescente madre / varón adolescente padre / varón adulto mediana edad casado con hijos / mujer mediana edad casada con hijos / varón joven sin hijos / mujer joven sin hijos
  • copias anexo 2 (una por alumno)

Apta virtual

  • Si
Objetivo

* Visibilizar las exigencias sociales y familiares que influyen en la toma de decisiones en general, y en la elección de un proyecto formativo-ocupacional en particular.
* Reconocer cómo actúan los condicionamientos basados en los estereotipos de género en las personas.

Inicio de la actividad

Se divide al grupo en sub-grupos de no menos de cuatro integrantes. La cantidad de subgrupos estará en función de la cantidad de categorías que se quiera analizar.

Desarrollo

Disposición del espacio: mesas o bancos al costado, con el centro del salón despejado. La coordinación dice al grupo que haremos un experimento de “meternos en la cabeza” de distintas personas para conocer parte de sus pensamientos. Para esto es importante que los/as participantes hayan leído los textos en el cuadernillo de actividades “Voces en mi cabeza” y “Voces en mi cabeza de mujer o varón”. Se pide que un/a voluntario/a en cada subgrupo se pare al centro de ese grupo y se le pega el cartel de una de las categorías, por ejemplo “varón adolescente sin hijos”. Las/os coordinadores dan la consigna de que las/os integrantes del subgrupo escriban en cada tarjeta un mandato social para la categoría representada, la diga en voz alta y se la pegue sobre el cuerpo de la/del compañera/o. Ejemplo: en el caso de la categoría “varón joven sin hijos”, los mandatos podrían ser: “tenés que trabajar”, “no seas vago”, “no seas bruto”, “divertite con chicas”, “no te dejes pasar por encima”, “no llores”, etc. Es importante dar ejemplos concernientes al proyecto formativo-ocupacional, por ejemplo: “estudiar para maestro jardinero es de mujer”, “para que vas a estudiar eso que es tan largo y complicado si después te vas a dedicar a la casa, mejor elegí algo corto y fácil”, “tenés que estudiar algo que dé plata/dinero”; también al trabajo doméstico no remunerado, por ejemplo: “tenés que hacer la comida”, “tenés que cuidar a tus hermanos/as”. Los subgrupos trabajarán durante 15’ pensando mandatos y pegándolos sobre el/la compañero/a. Mientras, la coordinación dibuja una tabla de dos columnas en el pizarrón. Una columna dice “Mujeres” y la otra “Varones”. Dentro de esas columnas se ubican las subcategorías. La tabla quedaría como se muestra en el anexo 1.
Cuando los subgrupos ya hayan pegado al menos seis mandatos sobre su compañero/a, se les pide a éstos/as últimos/as que pasen al medio del salón para que el resto de los grupos puedan leer los mandatos puestos en las otras categorías. Se habilitan unos minutos para que todos/as los/as participantes se detengan a leer los mandatos escritos sobre cada compañero (que tendrán pegado un cartel que aclare qué persona es – “mujer joven sin hijos”- y los mandatos sociales que operan sobre ella). Durante esta lectura es probable que surjan risas, dudas y aclaraciones de parte del sub-grupo que escribió el mandato que genere dudas. La coordinación deberá intervenir sólo cuando crea necesario. Es recomendable que los/as jóvenes compartan sus ideas y valoraciones acerca de los mandatos escritos entre ellos/as, sin la intervención de los/as adultos/as, por ahora. Una vez finalizada esta etapa de lectura, se les pide que los que están “cargando” con los mandatos pasen al frente de la tabla y “se los saquen de encima”, despegando los mandatos de su cuerpo y pegándolos en el lugar que le corresponda (según su categoría) en la tabla escrita en el pizarrón (o papel afiche). La coordinación pide que todo el grupo se tome unos minutos para mirar la tabla. Se puede alentar a la reflexión haciendo preguntas abiertas: ¿qué piensan?, ¿son parecidos o distintos los mandatos? ¿Qué diferencias ven entre los mandatos para los varones y para las mujeres? O preguntas cerradas: ¿cuántos mandatos hay para cada sexo? ¿Cuántos relativos al empleo/trabajo doméstico no remunerado en los varones y cuántos en las mujeres? La técnica se cierra mencionando el “peso” de todos los mandatos y el alivio de “sacarlos de encima”, a la vez que el carácter sesgado de estos mandatos que hacen que tanto hombres como mujeres limiten sus opciones (de empleo, de estudio, de trabajo y de formas de vida en general).

Cierre

Al final se les da unos minutos para que cada uno/a piense en los mandatos en SU propia cabeza… Mandatos familiares y sociales. La coordinación debe enfatizar en empezar a reconocer los mandatos familiares porque al igual que con las competencias, si uno/a no sabe que las tiene no puede trabajar con ellas. En este caso se deberá resaltar que si uno/a no puede reconocer los mandatos que presionan sobre las decisiones, tampoco puede “sacárselos de encima”. Se reparte el anexo 2 para que puedan escribir los mandatos que sienten que presionan sobre ellos/as. En este tipo de encuentro es recomendable insistir para que escriban sus ideas en el cuadernillo de actividades. La escritura favorece el desarrollo de las capacidades expresivas al obligar el procesamiento de ideas para ser transcritas y clarifica, por ende, las ideas, mejora la capacidad de síntesis, la caligrafía y ortografía. De no contar con tiempo suficiente, se les puede pedir que lo completen en sus hogares y lo traigan para el próximo encuentro.

Recomendaciones para el tutor

Este encuentro está pensado para ser trabajado conjuntamente con el siguiente: Billy Elliot.
Es posible que no sea fácil para los/as jóvenes identificar los mandatos familiares ya que muchos/as los naturalizan de tal forma que terminan comprendiéndolos como parte de su “propia decisión”. Se puede promover la visibilización de las presiones familiares mediante preguntas alegóricas a estilos de vida absolutamente distintos, por ejemplo: “¿Qué diría tu papá/mamá si quisieras ser músico/a o bailarín/a o filósofo/a?”, “¿Qué pasaría si cuando te piden que hagas la comida vos dijeras “ahora no puedo, tengo q estudiar, ¿por qué no cocina Juan?”. De esta manera quedaría evidenciado de que en ciertas actividades o elecciones están condicionado/aas por las opiniones de los familiares/comunidad/pares

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