Explicar al/ a la estudiante que en nuestra vida cotidiana, nos enfrentamos a muchas situaciones en las cuales los mensajes no son transmitidos de la forma más adecuada y se generan confusiones, malos entendidos y hasta peleas.

A veces, son en situaciones sin demasiada importancia (por ejemplo, si reaccionamos agresivamente frente a un/a compañero/a que nos empujó sin querer en el patio del colegio o si no decimos nada frente a una persona que se mete primero en la fila del supermercado). Pero otras veces, los mensajes que queremos transmitir son importantes (porque involucran a gente significativa para nosotros/as) y al fallar esa comunicación, podemos dañar vínculos con personas que queremos mucho. Por eso, es importante que nuestros mensajes lleguen bien. Y eso no depende solamente de las palabras que decimos, sino a todo lo que está alrededor: nuestro tono de voz, las caras que ponemos, cómo nos movemos mientras que hablamos, si escuchamos al otro/a y podemos dar cuenta de eso. Y, si estamos intercambiando mensajes virtuales, también es importante tener en cuenta otras variables además de las palabras: cuánto tardo en responder, si uso emojis o stickers o giphys, si esa discusión está siendo por mensaje privado o en una red social que pueden ver otras personas.

Pedirle al/ a la estudiante que piense en la última discusión que tuvo con tus papás, algún amigo/a o una persona significativa para él/ella. Antes de empezar, pedirle que trate de recordar todos los detalles de ese momento. Después, pedirle que responda estas preguntas:

• ¿Quiénes discutieron?
• ¿Qué le querías decir vos?
• ¿Qué pensaba la otra persona?
• ¿Mantuviste un tono de voz normal o gritaste en algún momento?
• ¿Cómo era tu postura corporal? ¿Estabas parado/a o sentado/a? ¿Te movías intensamente o estabas quieto/a?
• Mientras discutían, ¿vos a dónde mirabas? ¿Estabas mirando a los ojos a la otra persona?
• En ese momento, ¿escuchabas realmente lo que la otra persona te estaba intentando decir o lo único que te importaba era hablar para demostrar tu punto de vista?
• ¿Recordas haber dicho alguna frase que le demostrara al otro/a que lo estabas escuchando y que era importante lo que te estaba diciendo, más allá de que vos pensaras diferente?

Después de responder las preguntas, pedirle al/ a la estudiante que piense si cree que podría haber hecho diferente algo de lo que hizo en ese momento para que su mensaje llegara mejor. Si esa discusión ya fue superada, decirle que también estaría bueno compartir este ejercicio con la otra persona, para ver si recuerda lo mismo que él/ella y si el intercambio podría haber sido diferente de ambos lados.

Luego, pedirle que retome la escena de “Valiente” que vio hace un rato. En ese momento, la discusión termina y tanto Mérida como su mamá saben que lograron herir a la otra persona (Mérida cortando el retrato familiar y la mamá quemándole su arco); pero ninguna de las dos gana la discusión.

Retomar el diálogo con la siguiente idea:

A nosotros/as muchas veces nos pasa que, al momento de discutir, estamos tan preocupados/as por ganar e imponer nuestra idea, que nos centramos más en herir a la otra persona que en tratar de escucharla y decir lo que pensamos. Actuamos motivados por una emoción negativa y no nos damos cuenta que esas heridas que causamos, no siempre sanan tan rápido. Por eso, es importante que estemos atentos/as a lo que nos pasa y podamos expresarnos claramente cuando algo nos molesta o pensamos diferente. Esto implica poder escuchar lo que el otro/a también tiene para decir, hablar de forma clara, contar lo que nos pasa pero al mismo tiempo respetar las ideas y sentimientos del otro/a.